Prologo
"Las
personas viven momentos afectivos de alto contenido sentimental, que se ven
expuesto en su estado emocional que son los factores comitentes, que se
destacan por su intensidad y poca duración, estos se ven afectados por los estado de ánimos influyentes al tono de
agrado o desagrado, la subjetividad del
sujeto y su construcción cabe destacar que las emociones, pueden llegar a
regularse e inhibirse, según el sujeto haya aprendido a controlarlas y los
factores culturales predominantes. Mientras que los sentimientos perduran, y se
basan un objeto, hecho o persona pero esta su explicación encerrada en el
sujeto, no es por nada este tipo de fenómeno psíquico más complicado de
determinar….
Con
esta conceptualización, procedo a explicar que los sucesos de nuestra vida, nos
marcaran dependiendo de nuestra personalidad, no se le puede adjudicar un sentimiento determinado, ni una emoción específica a una situación
en particular, estos se construyen en
base a uno mismo. Es por eso que es imposible juzgar la relevancia que le da
una persona aquello que forma parte de su vida afectiva”
A.H
Sentada en aquel taxi con un rumbo
desconocido, aquella chica terminaba, de
leer la página doscientos nueve de un libro cuyo tema era La personalidad y La construcción
del yo explicadas por una psicóloga muy famosa en la última década, sonrió con
agrado a concordar con lo expuesto, preguntándose qué nueva experiencia le obsequiara en la nueva edición pronta a
publicarse.
Se sentía sumamente
intriga con la actitudes que las demás personas toman atente las distintas
situaciones, y quizás lo que más le interesaba era que lograba comprenderse más a sí misma.
Un suspiro escapo
de sus labios, estaba exhausta, el leer había sido un buen método para alejar
de su mente, las ideas referentes a su triste realidad, entre esos caóticos pensamientos,
se mentalizo su deseo de obtener una vida mejor.
Pero de un momento
a otro todo se desmorono, a quien iba a engañar ella sabía que jamás
conseguiría algo así, su semblante tristemente se hizo perceptible, guardando
aquel manual en su mochila, mientras miraba con desagrado aquel edificio frente
a ella, no era lo que quería, no era lo que deseaba, pero no pudo conseguir
algo que se adaptara mejor a sus condiciones actuales....
Odiaba la vida que le toco, pero sus
lamentaciones no la llevaran a ningún lado, tomo aliento y camino hacia su
destino, no importa cuán difícil sea el ascenso ella lograría llegar a su
objetivo, por qué es lo que desea…
En la vida solo se
logra triunfar con esfuerzo y dando algo
a cambio si algo igual de importante que el sueño impuesto, aunque eso
signifique sufrimiento
Bajo y camino un
par de pasos
-no puede ser…-
susurro vacíamente, y continuo hasta la entrada
Al adentrase, fue
recibida, por una niña de no más de dieciséis años de rubia cabellera y ojos
entre celestes y verdes de apariencia dulce, pero su rostro no mostraba expresión
alguna…
-Hola...-soltó sin formalismo,
la jovencita..
-Buenos días, Annabella
Evans mucho gusto- le sonrío apenas presentándose, pero no recibió respuesta, solo
la miro detenidamente- Disculpa, vengo por el anuncio-le comunico- Me podrías
decir con quien debo de reunirme....- le pregunto, y esa rubiecita solo hizo un
ademán y dio vueltas sobre sus talones indicando que la siguiera, la más adulta
solo la obedeció, llegaron así a una
habitación, la puerta de esta se
encontraba cerrada, la muchachita apoyo su puño sobre la madera tocando dos
veces y una voz, masculina, pronto respondió otorgándole su permiso para ingresar.
-Que sucede Rinnel?
-interrogo aquel hombre robusto y de gran peso, Ann al verle sintió un
escalofrío atemorizante recorrerle, algo comenzaba a preocuparle.
- Esta, chica viene
a solicitar el empleo, jefe- le comento su guía, aquel personaje enfoco su vista
en la figura que acompañaba a su ayudante,
miro detenidamente a la joven de pies a cabeza, ese acto solo hizo que
las ganas de salir huyen de la postulante se hicieran más fuerte
- Puedes retirarte
-la rubia se fue dejándola a su suerte,
la de cabellos oscuro que no era nadie más que Annabella, se sintió temblar-
Toma asiento- le pidió, intentando ser cortes aunque no llegaba ni siquiera a
rozar esa actitud, ella acato lo dicho- Dime qué edad tienes?
-Diecinueve-
respondió simplemente, las preguntas continuaron ella develo todo lo necesario,
para asegurarse el puesto pero llego la más temida si poseía alguna experiencia
laboral, ella se vio obligada a decir que si bien aún estudiaba y poseía varios tipos de títulos no los había ejercido
como debiese, pero insistió en el punto que el trabajo le era necesario por
motivos económicos.
- Difícil, si no
posees experiencia suficiente es complicado lo debes saber- le comento aclarando lo obvio, definitivamente vio una
negativa frente a sus ojos- Muy bien de momento podrías comenzar como camarera-
le propuso, ella sonrío incrédula, como opción de reserva no estaba tan mal -
Crees poder hacerlo?-ella asintió...
- Cuando empezare
mi labor Míster, podría indicarme los horarios
a los que debo concurrir, y si no es indiscreción de cuanto dinero hablamos...-
el sujeto sonrío y se acomodó mejor en la silla
-Pues comienzas
mañana a las una de la mañana hasta las ocho
, primero pasaras una prueba y si todo sale bien te permitiré seguir con el
trabajo, y de poder lograrlo, tu paga seria de trecientas libras más lo que
logres conseguir de los clientes- lo último lo menciono con una sonrisa
escalofriante bailando entre sus labios
-Bueno sin más me
retiro adiós, un gusto...-mintió mientras se levantaba del asiento, el no dijo
nada solo asintió y la dejo irse....
-0-
Habían pasado tres
meses desde su llegada y Annabella no
solo conservaba el puesto, sino que además era el espectáculo principal, conducencia de un día que la descubrieron
practicado con las bailarinas, padeció el temor de ser despedida, e intento
disculparse reiteradas veces, al final el dueño declaro que tenía potencial y
que si era capaz de montar un show, él le proponía incluirla. Esto no solo era
un beneficio para él, sino también para ella, claro si es de dinero lo que hablamos y entendemos...
Ella la vio como una buena oportunidad, una forma de
crecer que no podía desaprovechar, pero lo que ella había aceptado era más que
eso y se arrepentiría al descubrirlo.
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"Me pregunto cuando la
vida será capaz de sonreírme...."
Porta
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